Jorge Posse Jueguen: “La formación es muy importante para un podólogo pero, sobre todo, el buen trato al paciente”

El pasado 6 de junio, el Colexio Oficial de Podólogos de Galicia celebró su 25 aniversario, en Santiago de Compostela, con un acto conmemorativo y una cena de gala a los que asistieron más de un centenar de invitados. En el marco de los festejos, el COPOGA entregó las insignias de la institución a los colegiados y colegiadas que llevan más de 25 años desempeñando la profesión, como homenaje por abrir camino en la especialidad de la podología y por su dedicación a la salud y bienestar de los pacientes.

Con motivo de este reconocimiento, hemos querido repasar la trayectoria profesional como podólogo de uno de los homenajeados en el 25 aniversario del COPOGA, Jorge Posse Jueguen, que se inició como enfermero militar y, más tarde, se interesó por los estudios de podología, especialidad que ejerce desde hace más de tres décadas.

¿Cómo descubrió que quería dedicarse a la podología?

Soy enfermero militar. Hice una oposición a la Marina y después tuve experiencias como enfermero en barcos, como en el “Juan Sebastián Elcano”. Más tarde me destinaron al hospital de la Marina de Madrid, en el servicio de cirugía general. De aquellas ya hacía cosillas: que si una uña, que si un callo… Siempre me gustó la vía quirúrgica. Tenía un compañero enfermero militar y podólogo que me animó a estudiar podología, así que me matriculé en la Complutense. Así fue como empezó mi vida como podólogo.

¿Cómo fueron sus inicios en la profesión tras acabar la carrera?

Como los militares en general, por las botas que utilizan, suelen tener muchos problemas de pies, montaron un gabinete de podología en el hospital militar donde yo trabajaba en servicios de cirugía. Una vez finalizados los estudios, empecé a trabajar allí por las mañanas, atendiendo a personal militar y familiares. Por las tardes trabajaba en una clínica privada en Serrano, donde hacía cosas, principalmente de cirugía.

¿Desde qué año ejerce como podólogo?

Comencé a trabajar en el gabinete alrededor del año 90.

¿Cuáles son los principales cambios que ha sufrido la profesión desde que comenzó a ejercerla?

Los cambios son asombrosos, evidentemente. El principal ha sido la formación de los alumnos de podología en cuanto a teoría y, sobre todo, en la práctica. Antes la teoría era una cosa muy sencilla. Como la mayoría de nosotros procedíamos de la enfermería, daban por hecho que sabíamos muchas cosas, lo cual era mentira. Si eras enfermero militar y estabas en cirugía tenías idea de qué iba la cirugía, igual que el que estaba en rayos sabía manejar los rayos. Teníamos una base, una pequeña formación, pero la teoría en cuanto a podología no tiene nada que ver con la de hoy en día. Otra cosa que ha cambiado por completo han sido las clínicas. Ahora son muy completas, con mucho más instrumental. Antes teníamos lo básico: el sillón, el motor, cuatro instrumentos y un podoscopio.

¿Han evolucionado mucho las técnicas empleadas en los tratamientos podológicos desde que comenzó en la profesión?

Hoy en día se hacen muchas cosas en las clínicas que antes no hacíamos, como es el caso de las pruebas complementarias. Antes, si querías hacer una radiografía para ver como estaba un pie, te mandaban a otro especialista que tenía su propio equipo de rayos. En cuanto a las técnicas, también han cambiado mucho, por supuesto. Las de hoy en día no tienen nada que ver con las que utilizábamos antes.

¿Ha aumentado considerablemente la cantidad de especialistas podólogos desde sus inicios?

Ahora hay muchísimos más. Cuando empecé, por el año 80, la mayoría de las personas que vivíamos en provincias teníamos que desplazarnos a Madrid o a Barcelona para estudiar podología, ya que eran las únicas ciudades donde se podía hacer la carrera. Yo tuve la suerte de que ya trabajaba en el hospital militar y vivía en Madrid, pero mucha gente tenía que desplazarse, por lo que había menos podólogos.

¿Ha notado un incremento del número de pacientes que deciden acudir a la consulta del podólogo desde que comenzó a ejercer la profesión hasta la actualidad?

La gente tiene mucha más información y más conciencia del trabajo de los podólogos, ya sea por el boca a boca, por lo que ven en la televisión, porque se aconsejan los unos a los otros… La demanda ha aumentado muchísimo.

¿Cree que la visibilidad de la podología y su valoración por parte de la sociedad han mejorado en los últimos años?

La información ha aumentado muchísimo. Ahora, gracias a los medios de comunicación, la gente sabe de qué va la podología, lo que es un podólogo y a lo que se dedica. Hoy en día, la podología tiene mucha visibilidad. El Colegio también le da mucha publicidad en medios, lo que ayuda a que la gente valore nuestro trabajo. Aún hay muchas personas que tienen la idea del callista, pero poco a poco se van informando de lo que hace un podólogo.

¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta la profesión en la actualidad?

Desde mi punto de vista, son dos. El primero es que los profesionales sanitarios, básicamente médicos y especialistas, sepan lo que es un podólogo y a qué se dedica. Hay muchos compañeros que no saben exactamente a qué nos dedicamos. Ese es uno de los retos: que el personal sanitario se entere muy bien de lo que hacemos. El segundo, y el más importante, es incorporarse al Sistema Público de Salud. La presencia de un profesional del pie sería muy necesaria en varios servicios: endocrino, reuma, trauma…

Para terminar, ¿qué consejo le daría a aquellos jóvenes que están estudiando la carrera de Podología, o iniciándose en la profesión, para desarrollar una carrera exitosa?

La formación es muy importante y, sobre todo, el buen trato al paciente. El paciente necesita mimo, que se le escuche, sea cual sea la patología que tenga. Si un podólogo es un buen profesional y cuida el trato con el paciente, no va a tener ningún problema para trabajar y vivir de esto, que si se sabe hacer se vive bastante bien. Pero claro, hay que trabajar.

*El Colexio Oficial de Podólogos de Galicia no se responsabiliza de la opinión de los entrevistados.