¿Pensando en reutilizar calzado entre personas?

Sabemos que el calzado es una parte fundamental en nuestro día a día. Somos capaces de identificar, con mejor o peor sensibilidad, aquel tipo de zapatillas que nos encajan bien o mal. Por lo tanto, siempre intentaremos buscar aquello que beneficie nuestra salud y comodidad. 

Pero, en ocasiones, el ahorro económico prevalece sobre el bienestar. Desgraciadamente, esto también ocurre con nuestros pies. Reutilizar calzado es una práctica muy común entre hermanos, o incluso entre generaciones muy diferentes. Hablamos de zapatillas o botines, por ejemplo, que pueden presentar cierto nivel de desgaste en la suela o que su plantilla ya tiene una forma establecida por el ‘usuario’ anterior.

Sin duda, esta no es una práctica aconsejable en ningún momento de nuestras vidas, y aún lo es menos en la edad infantil. Desde los 3 a los 8 años, el pie de un niño/a evoluciona a gran velocidad y son muy vulnerables a la presión, por que su estructura aún no está definida. En esos momentos, reutilizar calzado puede ser muy perjudicial para la salud del menor.

Los pies entre diferentes personas son anatómicamente distintos y, por lo tanto, la pisada no es igual. El hermano que utilice en primer lugar un zapato dejará su huella y su forma sobre la plantilla y la forma del calzado. El que lo utilice después se verá obligado a adaptarse, y eso siempre es negativo: primero, por un ineficiente reparto de la pisada y, segundo, por los posibles roces que pueden tener lugar.

Desde el COPOGA señalamos que “los pies de los niños crecen entre siete u ocho milímetros cada tres meses y antes de empezar el cole hay que comprobar que el calzado no les haya quedado pequeño. Unos dedos de los pies comprimidos, aunque no duelan, pueden generar lesiones y modificaciones de la marcha”. 

Revisión del calzado reutilizado

El nivel de desgaste se debe comprobar en la totalidad del calzado. La suela es de especial relevancia. Si está muy desgastada, las irregularidades del suelo pueden notarse mucho más en el pie, y causar molestias o dolor. Si los zapatos conservan su forma original y toda -o casi- la totalidad de su robustez, podemos decir que son idóneos para ser reutilizados. 

Eso sí, siempre teniendo en cuenta la forma de la plantilla. Solo en el caso de que esté nueva se puede reutilizar. Si no, conviene cambiarla por una nueva, ideal para el/la nuevo/a propietario/a.  Además, si el primer propietario del calzado tenía alguna complicación en la pisada, esta se podría trasladar a la plantilla y acabar por perjudicar también la marcha del/a nuevo/a usuario/a.

Si nos fijamos en los refuerzos, estos deben estar en óptimas condiciones. En el caso del talón -contrafuerte-, podemos encontrar buenos indicadores del nivel de desgaste, ya que no debe estar vencido (ni hacia la derecha ni hacia la izquierda), ni arrugado. Si es el caso, además de ser un calzado menos rígido y estable, modificará la forma de pisar del segundo usuario y además son menos resistentes ante cualquier posible roce o impacto con algún elemento, como piedras sueltas o grava.

Conviene, además, fijarse en el empeine, un buen indicador del uso del calzado. Si está muy doblado y arrugado, es posible que el zapato se encuentre muy usado. Además, esa zona podría causar molestia en la persona que hereda el nuevo zapato y también cambios en la mecánica del pie.

Finalmente, este calzado se debe guardar en un lugar seco, alejado de la humedad. Es muy recomendable aplicar en el interior un producto que combata los hongos (antifúngico), para así garantizar la higiene y la salud del pie. 

Si se siguen los consejos descritos más arriba, evitando calzado que presente alguna señal de deformación o desgaste, pensaremos más en la salud. Por ello, es ideal no reutilizar calzado de otra persona y que, de hacerlo, sea siempre con muy poco uso y en las mejores condiciones.

Bibliografía

García Fontecha, D. (2012). El calzado del niño. Recuperado de https://www.traumatologiainfantil.com/es/pie/el-calzado 

CGCOP. 4 errores comunes al comprar calzado para nuestros hijos. (2018). Recuperado de: https://pontuspiesenbuenasmanos.cgcop.es/2018/05/16/errores-comprar-calzado-hijos/