Los pies y la danza

En el día a día, nuestros pies están sometidos a una gran presión, siendo el único punto de apoyo de todo nuestro organismo. Pues bien, en el caso de los profesionales (y no tan profesionales) de la danza el correcto funcionamiento de los pies es algo fundamental.
Aunque la danza sea considerada un arte, es bien sabido, que todos aquellos que la practiquen deben contar con una buena condición física para ser capaces de soportar todo ese esfuerzo que supone bailar. Dicho esfuerzo, implica que con mucha frecuencia aparezcan lesiones. Y no solo en el pie. No podemos olvidar que una mala huella puede acarrear importantes consecuencias en otras partes del cuerpo. Las lesiones más frecuentes son en el tobillo (39%) y en el propio pie (23%) seguidos por la cadera y la rodilla (con un 20% y 18% de frecuencia respectivamente).
Dentro de las lesiones más comunes, destaca el hallux valgus afectando prácticamente a 1 de cada 2 bailarines profesionales. Esta lesión suele estar provocada por el comienzo con el trabajo de puntas a una edad muy temprana, cuando aún no se desarrolló suficientemente la musculatura de los pies. Pese al desarrollo de esta deformidad y a las compensaciones que conlleva en el resto del pie, pierna y columna, no suele incapacitar para la práctica de la actividad.
Otra de las patologías más comunes son los dedos en garra (afectando a un 41% de los bailarines). Esta dolencia se basa en la posición retraída de los dedos debido al disbalance entre los músculos extensores y flexores del pie. Se suele encontrar la causa en la sobrecarga que produce la posición de punta sobre el primer y el segundo dedo. La tendinitis, otra de las dolencias más comunes, suele acontecer en la zona del tendón de Aquiles. Este dolor en la parte posterior de la pierna puede prevenirse evitando bailar sobre superficies poco adecuadas, empleando el calzado correcto (sin apretarlo excesivamente) y sin llegar a sobrecargar la zona. Por eso mismo, debemos adaptar la carga de ejercicio a nuestra condición física.
Las hiperqueratosis son otras de las dolencias más comunes que afectan a 3 de cada 10 profesionales de la danza. Las hiperqueratosis son el engrosamiento de la capa más superficial de la piel del pie a causa de un exceso de presión o roce. Por una parte, la hiperqueratosis plantar se da en la mayoría de los profesionales – alrededor del 80% – mientras que en el dorso de los dedos afecta a un 40%.
También es muy común a aparición de una serie de problemas en las uñas, destacando especialmente la aparición de hematomas – debido a las pequeñas contusiones mientras se realiza el ejercicio – y a las uñas incarnadas – provocadas por un calzado estrecho o muy apretado y por la propia deformación de la uña.
Aunque los bailarines finalizan por adquirir una mayor flexibilidad y movilidad que el resto de la población, el inicio de esta actividad a una edad muy temprana – antes de que se termine la etapa de desarrollo del pie – puede ocasionar gran parte de estas dolencias. También, dependiendo de que estilo o estilos de danza se practiquen, puede aumentar el riesgo de padecer ciertas deformaciones – son más comunes entre los bailarines de danza clásica.
Al mismo tiempo, este sobreuso de los pies por parte de los bailarines, provoca que en ocasiones, presenten una anatomía anormal, como bien puede ser el pie cavo (17%), el cavo- valgo (9%) o el pie plano (9%).
No obstante, esta desarrollada movilidad y flexibilidad, no implica que estos sobresfuerzos no acaben por hacer mella en los tejidos blandos. Como ya se comentó, una de las lesiones más habituales afecta al tendón de Aquiles, pero las que tienen lugar en el tobillo también son muy comunes. Encabezando esta lista tendríamos el esguince de tobillo, ya que es una de las zonas que más trabaja.
Al mismo tiempo, hay una serie de factores que predisponen a estas lesiones como bien pueden ser los pies endebles, un mal control del tobillo o una técnica defectuosa entre otros. De hecho, la causa que suele provocar lesiones con mayor frecuencia en la danza clásica es el desarrollo de una técnica incorrecta. El tipo de superficie, las zapatillas, las limitaciones físicas o los desequilibrios musculares completan la lista de las causas que provocan más lesiones. La reducción de los factores de riesgo resulta pues imprescindible para intentar prevenir las lesiones en la danza clásica.
De manera similar, los esfuerzos persistentes y los movimientos defectuosos pueden conducir a lesiones más graves como las fracturas por estrés, siendo las zonas más afectadas el segundo y el tercero metatarsianos. Estas son un tipo de fracturas que se dan por gestos repetitivos que sobrecargan un hueso.
Para conocer en mayor profundidad la salud de los pies, está indicado realizar un estudio biomecánico de la pisada de los bailarines, con el que se puede pautar, no solo un tratamiento correcto cuando existe un problema músculo- esquelético del miembro inferior, si no también plantear la estrategia de prevención individualizada más adecuada.
BIBLIOGRAFÍA
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Mi hija práctica danza y es cierto lo que indica en este artículo, hasta llegó a sufrir un esguince de tobillo. Los pies es una parte de nuestro que muchas abandonamos pero siempre es bueno cuidarlos.