Fármacos tópicos en dermatología podológica

En la mayoría de las ocasiones los podólogos deciden utilizar la vía tópica para la administración de medicamentos. La piel es un órgano externo que suele ser tratado mediante la aplicación directa de fármacos. Cuando nos encontramos ante una infección o afección leve, superficial y que no corre mayores riesgos utilizaremos un tratamiento tópico (aplicado externamente en la zona afectada). Los fármacos se van distribuyendo por la superficie cutánea hasta conseguir llegar a la circulación sistémica.

El grado de absorción del fármaco va a depender de muchos factores. En cuanto a la forma de distribuir el medicamento tendremos que elegir entre las siguientes opciones:

  • Pomadas (para alteraciones secas)
  • Cremas (para alteraciones húmedas)
  • Lociones y soluciones: son menos desecantes y penetran con mayor dificultad que las dos anteriores
  • Formulación en polvo: no se adhiere correctamente a la piel pero tiene la ventaja de que puede aplicarse en el interior del calzado

 

Tratamientos tópicos más habituales

 

  • Antifúngicos. Los antifúngicos tópicos se utilizan principalmente para el tratamiento de micosis superficiales de piel y uñas. La vía tópica emplea los antifúngicos cuando se trata de infecciones leves y no invasivas, como ya mencionamos anteriormente. Si al contrario se tratara de una infección grave y recurrente se utilizaría la alterativa sistémica para su tratamiento.

Infecciones fúngicas más comunes:

  • Dermatofitosis: originada por hongos dermatofíticos
  • Candidiasis: infecciones fúngicas cutáneas causadas por levaduras de la piel que aparecen mayormente cuando se aprecia infección
  • Onicomicosis: los agentes causales son hongos dermatofitos, o también podemos incluir las levaduras y mohos. El tratamiento con antifúngicos será más o menos efectivo según cómo estea la zona afectada
  • Antibióticos. Lo más normal es que una infección cutánea se trate de forma local, pese a que en muchas ocasiones el uso de antibióticos tópicos se limita por el riesgo de producir resistencias bacterianas si los tratamientos son prolongados.

 

  • Corticoesteroides tópicos. Son los productos farmacológicos que se prescriben más frecuentemente. Son productos muy eficaces para determinadas enfermedades en la piel. En ocasiones producen reacciones adversas por lo que es preciso controlar el tiempo y lugar de aplicación. Los podólogos aconsejan comenzar el tratamiento con una dosis pequeña e ir aumentándola cuando se observe mejoría clínica.

 

  • Combinación de fármacos tópicos. Los corticoides tópicos suelen estar asociados a antibióticos o antifúngicos. Este tratamiento frena la respuesta inmune del paciente a nivel local, por lo que el resultado puede ser una falsa ausencia de infección asignado al antibiótico. Además, hay que tener presentes que los fármacos pueden llegar a producir reacciones alérgicas. Lo recomendable es tratar en primer lugar la infección, y si posteriormente es necesario, aplicar el corticoide.

 

La vía tópica de administración de medicamentos es un instrumento más que imprescindible para la actividad diaria de un podólogo. Los tratamientos pueden ser más o menos efectivos. El fallo del mismo puede deberse principalmente a que el paciente no lo aplique correctamente con las pautas prescritas o incluso que el tratamiento indicado no sea el correcto.

En el momento en que se termina el tratamiento de la afección y no se detecta ninguna mejora habrá que reconsiderar el diagnóstico inicial y ver si la solución puede ser la prescripción de un fármaco por vía sistémica.

                                   Imagen cedida por freestocks.org en Unsplash