EL INTRUSISMO PROFESIONAL EN LA PODOLOGÍA

En los últimos años se detectó un aumento notable de casos de intrusismo profesional que perjudican seriamente a la profesión de la podología. Esto se vió reflejado en el número de denuncias presentadas en el Colegio que suman un total de 86 en los últimos 5 años. 

La problemática del intrusismo

El intrusismo en podología es practicado habitualmente por dos tipos de personas, por una banda, las personas que no disponen de ninguna titulación sanitaria como las esteticistas, y por otra banda la actuación de otros profesionales sanitarios que invaden competencias propias de los podólogos. La actuación de unos y otros generen desconfianza en la población y pueden afectar a la seguridad y la integridad de las personas que, por desconocimiento, se exponen a los falsos profesionales. El Colegio se está a encontrar con diversas problemáticas a la hora de denunciar estos casos como puede ser la falta de actividad inspectora y sancionadora de la administración sanitaria, que solo vigila a los centros sanitarios y no otros locales donde se practica el intrusismo. Otra dificultad es la de encontrar testigos que se involucren judicialmente. 

A pesar de esto, el Colegio no cesa en el empeño de intentar informar a los ciudadanos de la importancia de acudir a profesionales titulados que garanticen una asistencia sanitaria de calidad y insiste en la presentación de planes de actuaciones ante diferentes organismos.

Protocolo de actuación

En cuanto el protocolo de actuación, solamente se inicia si la denuncia interpuesta se realiza a través del portal web del Colegio, tal y como exige la Ley de Colegios Profesionales. Una vez recibida dicha denuncia, la administración del Colegio, el departamento de intrusismo y la asesoría jurídica verifican que la información esté completa y , al mismo tiempo, que sea verídica, llevando a cabo sus propias actuaciones al margen del denunciante. En algunhas ocasiones nos encontramos con denuncias resultantes de problemas personales entre profesionales que compiten por un sector de mercado en su población. Por ello, consideramos que la primera fase de investigación es esencial para detectar los verdaderos casos de intrusismo profesional.

Posteriormente, se llevan a cabo diferentes actuaciones en función del sector al que pertenezca la persona denunciada. En el caso de los podólogos colegiados, la acción frecuente para resolver la incidencia suele ser a través de una llamada telefónica. Si se trata de otro profesional sanitario no podólog, lo habitual es el envío de una carta certificada a su domicilio profesioanl y otra carta al colegio profesional que corresponda informándole de la denuncia y el inicio de actuaciones investigadoras por parte del Colegio. Paralelamente al envío de ambas cartas, se remite una queja formal a la Consejería de Sanidad informando del caso de intrusismo.  

Por otra parte, es muy frecuente que el denunciado no tenga ningún título profesional sanitario y que ejerza su actividad como tal. cEn estos casos, que son los más graves, por el riesgo que corre la salud del paciente, se procede a enviar una carta al domicilio que figure, y al mismo tiempo se establece comunicación con la Consejería de Sanidad para que estudie las inspecciones correspondientes.

Las denuncias de las actuaciones acometidas que fueron llevadas ante la Consejería de Sanidad suelen resultar ineficaces, bien porque tardan meses en efectuar alguna diligencia o bien porque nunca se llega a iniciar acción alguna. 

Cabe decir que el resto de actuaciones frecuentan resultar plenamente eficaces, por lo menos en lo referido a la disuasión del intruso a publicitarse.  

Uno de los muchos casos de intrusismo

En la tarde del 20 de diciembre de 2016 nos fue notificada la Sentencia de fecha 19 de septiembre de 2016 en la cual se condena a D.Emilio Arias por la comisión de un delito de intrusismo profesional previsto en el artículo 403.1 a la pena de diez meses de multa a razón de 15 euros diarios. 

Conozcamos un poco más el caso:

El acusado atendía a pacientes con diferentes patologías podológicas sin tener dicho título. Este falso podólogo trabajaba en una clínica conocida por su nombre «Emilio Arias», la cual recogía múltiples especialidades, sin mencionar de manera expresa la podología. En cuanto a las tarjetas y seguros se mencionaba la especialidad de podología pero no se le denominaba a D.Emilio como tal. El propio acusado presentó todas las cautelas posibles para no ser descubierto ya que siempre tenía un podólogo titulado dado de alta na Sanidade y además se rodeaba de otros facultativos titulados en otras especialidades para derivarle los pacientes con patologías más graves.

La magistrada firmante de la sentencia hizo la condena con base a una serie de pruebas que quedaron acreditadas en el Juicio Oral, teniendo en cuenta los necesarios Fundamentos Jurídicos. 

COPOGA cumplió en esta ocasión con una de las misiones primordiales: la persecución del intrusismo profesional.

Este caso de intrusismo en la podología tiene protagonismo en el reportaje emitido este martes en el programa de Cuatro «En el punto de mira». En el reportaje se puede ver como estos «falsos profesionales» ejercen una actividad sin estar titulados, poniendo en riesgo la salud de las personas. Enlace al vídeo ( a partir del 50’30»)